Según un artículo publicado en el diario la Republica, un hombre que había sido declarado muerto se levantó, abrió los ojos y se sentó en su ataúd, sorprendiendo a todos los que estaban en su velorio, en el municipio de Pelaya, Colombia.
Mientras estaba en prisión, Jorge Eliecer Julio Ramírez sufrió un paro cardíaco y fue declarado muerto por el personal de una clínica del municipio.
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