Los visitantes a este acuario de Corea del Sur se quedaron con la boca abierta cuando vieron el siguiente espectáculo: un tiburón hambriento decidió que no podía esperar a la hora de la comida, y devoró a otro tiburón más pequeño que él.
Y ahí le tienen, paseando por la inmensa pecera sin inmutarse, mientras poco a poco se va tragando a su desafortunado colega. No sabemos si los niños que presenciaron la escena tuvieron pesadillas esa noche, pero no sería extraño. ¡Qué miedo!
0 comentarios:
Publicar un comentario